Decidió por fin ingresar, con la firmeza que su madre supo desarrollar en él, miró fijamente al gerente de ventas de Watkins Incorporated, compañía líder en jabones y detergentes, para decirle que venía por un puesto de vendedor puerta a puerta.
El gerente no lo podía creer, tenía frente a su escritorio a un hombre con descoordinaciones en sus movimientos (Bill había nacido con parálisis cerebral) no se expresaba de manera correcta, se secaba la saliva del lado izquierdo de su boca, con un pañuelo y las palabras no concretaban frases completas. ¿Cómo rayos se le ocurría a alguien así, ser vendedor puerta a puerta?
-Lo siento Bill, pero usted debe comprenderme, ser vendedor en Watkins requiere de una imagen que vaya de acuerdo con el éxito de la compañía.
Bill se fue de esa oficina, destruido, pero su preciosa madre lo instó a no darse por vencido e insistió al día siguiente.
-Tú no eres ni serás jamás mala imagen para una compañía, demuéstrales lo equivocados que están.
Cuando el joven estuvo nuevamente frente al gerente, le pidió que probara su capacidad de sugestión con las personas, que le diera un periodo de prueba nada más. Al alto ejecutivo se le ocurrió que, quizá a los 2 o 3 días que no vendiera nada, se marcharía por la frustración.
-De acuerdo señor Porter, empezaremos un periodo de prueba para usted.
Así fue como Bill Porter empezó su carrera como vendedor de jabones en la Watkins Incorporated.
¿Qué paso después? Pues que Bill, se convirtió en el vendedor número uno de la compañía. Galardonado como el mejor, reconocido por todos sus compañeros que le admiraban por su forma de vender.
Porter no solo tenía clientes, en realidad se dedicaba a escuchar los problemas de sus vecinos, no hablaba muy bien, pero escuchaba y, esto, es la clave de la conexión humana.
Las personas le compraban sus jabones, sus kits de limpieza, sus detergentes y los productos más difíciles de vender, porque era él, era Bill, el buen tipo que conocía a los miembros de la familia, el que era testigo de sus problemas, la persona que parecía tan cercana a la hora del desayuno, en el almuerzo o el lonche.
Los primeros días para Porter no fueron nada fáciles, pero su extraordinaria actitud para entender a los demás, lo llevó a crear una “tribu” donde era querido y recomendado. Logrando que la venta no fuera una vez, sino constante, sostenida y nunca forzada.
El extraordinario llegado de este vendedor se puede entender en esta frase: El mundo no tiene control sobre ti. Lo que sea que tenga control sobre ti, viene de tu mente. Bill Porter
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