“El que salva una vida salva al mundo, el que mata una vida mata al mundo” El Talmud
En un pequeño reino existía una tradición muy antigua, mantenida por años para el beneplácito de los príncipes y reyes. Todos los aldeanos y demás habitantes de la comarca, cazaban palomas para entregárselas al emperador de turno, como obsequio del día de Año Nuevo.